Ofreció referencias históricas a la convivencia entre felinos y
humanos: son ya nueve milenios los que llevamos juntos, tal como señaló
Yuste en un documentado repaso histórico por la historia de nuestra
convivencia con el gato; y la conclusión es que los felinos, por tanto,
bien merecerían categoría de ciudadanos.
La idea de una convivencia
responsable y ética entre gatos y humanos queda bien recogida en el
decálogo del Manifiesto felino, una propuesta de diez puntos concretos
para mejorar la calidad de vida de los gatos que no viven en hogares
humanos. Para Yuste está claro que “Si los gatos de la calle no son ‘de
nadie’, serán ‘de todos’. Y, por tanto, la competencia de su cuidado y
su gestión ética, nos toca a todos, es decir, a las Administraciones
Públicas”.
“Las asociaciones y voluntarios pueden hacer mucho por
los gatos de las ciudades y pueblos, pero, para hacer frente al
verdadero desafío de su gestión, hay que trabajar con audacia y
convencer a las Administraciones Públicas, que son quienes poseen los
medios. No olvidemos que ellas deben trabajar por mandato de los
ciudadanos y al servicio de ellos”.
Al término del I Foro
Parlamentario sobre la Protección Felina, Yuste se mostró encantado por
el éxito de la afluencia (lleno total de la sala Ernest Lluch del
Congreso de los Diputados), y remarcó que la clausura de la celebración
no era “el final de nada; sino el principio de algo”, aludiendo a la
semilla –“simple y exigente”- que supone el decálogo del Manifiesto, y
que “debemos implementar entre todos, pidiendo las adhesiones de las
Administraciones Públicas”.
El político y escritor de izquierdas,
aludió también al papel del blog, la web, y las redes sociales como
herramientas de interconexión para intercambiar experiencias entre
asociaciones pro felinas en España.
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